23 de septiembre de 2010

Y que hay ahora de ese al que tanto amabas,
¿Ya lo olvidarte? el amor de los jóvenes, no habita el corazón sino los ojos.
Cuantas lagrimas por él, y como lavaron tus claras mejillas.
Cuánta agua salada vertida inútilmente por un amor, que ya no sabe a nada.

¿Por qué el amor parece tan dulce en apariencia y si se prueba tan tirano y cruel?
Y sí, ella posee la riqueza de lo bello, pero es pobre, porque todo en cuanto tiene... con ella he de morir.

Pues porque para el amor no hay límites de piedra
y lo que el amor puede, lo debe intentar el amor.
Si alguna vez fuiste tú mismo y los suspiros eran tuyos
tu, tus suspiros, eran para olvidarte y ahora has cambiado

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